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jueves, 1 de agosto de 2013

EL MEJOR INSTRUMENTO DE GUERRA JAMÁS IDEADO (Parte 2)



(Dedicado a mi buen amigo Luis (otro Luis diferente), gran amigo, gran maestro en la avancarga, y poseedor, también, de otro rifle Garand M1).


Otra leyenda asegura que es imposible recargar el peine una vez introducido. Bien, pues es falsa, sí se puede recargar el peine, mediante el procedimiento de echar hacia atrás la palanca de montar el arma, sujetarla con la palma de la mano, e introducir en el peine los cartuchos precisos. Sin embargo, la maniobra requiere coordinación y cierta fuerza, lo que la hace notoriamente incómoda. Es mucho más sencillo, una vez echada hacia atrás la palanca, accionar el botón rectangular del lado izquierdo del cajón de mecanismos, para expulsar el peine ya cargado, e introducir seguidamente uno con los ocho disparos. Tampoco es cierto que precise de un peine para ser usado, puedes alimentarlo tiro a tiro sin muchos problemas, pero exige que con un par de dedos bajes la teja de elevación para que el cierre pueda completar su recorrido. De hecho, dicha manipulación puede verse en uno de los episodios de Hermanos de Sangre (creo recordar que en Crossroads - Encrucijada).

A fin de eliminar el ruido metálico que hacía al caer, se diseñaron peines de material plástico. Pese a mis esfuerzos no he podido localizar ni uno sólo, ni tampoco he encontrado una sola fotografía. E igual le pasa a la mayoría de autores consultados, por lo que se afirma que nunca se llegó a fabricarlos en masa, y por supuesto jamás fueron usados.

Y una última anécdota con el clip. En 1943, (se discute que si en Túnez o en Sicilia), un buen grupo de GIs se dieron cuenta que se podía usar… ¡para esposar prisioneros! La técnica es la siguiente: se les pone las manos a la espalda, y los pulgares se introducen por los extremos del mismo, dejando la parte posterior del clip hacia fuera. A ésta, se le da un golpe seco con la palma de la mano para terminar de encajarlo, quedando así como si fuera una esposa de pulgares. Al cabo de un par de minutos, los pulgares se hinchan, aumentando la presa que hace la pieza, y cualquier intento de quitárselo uno mismo, sólo obtiene un importante aumento del dolor, y excoriaciones causadas por los labios del citado clip. En una ocasión probé si era verdad, y tras pedir ayuda a mi mujer, el asunto terminó jocosamente, pues hasta que no golpeó los labios con el mango de la bayoneta (como se hacía en la guerra) no hubo maldita forma de poderme quitar el dichoso clip de los dedos…

Posición inicial del Clip para usarlo como esposa de pulgares. Sólo falta dar un golpe en la parte inferior del mismo, y ya está colocado.

Al término de la Segunda Guerra mundial, se decidió proceder al almacenamiento de un importante número de rifles M1. Previamente pasaron por un programa de reparaciones y reacondicionamiento para garantizar su estado. Se comprobó que la mayoría de los rifles, pese a su intenso uso, seguían en buenas condiciones. Solamente, había que cambiar, no en muchos, la palanca de armado, que mostraba ya alguna grieta. El único problema de mención lo mostraban los usados en el Pacífico: pese al cuidado y limpieza, y al contrario curiosamente que otras armas como las carabinas M1, muchos cañones presentaban signos de óxido, pero sin afectar el rayado y la precisión del arma. Así que se fabricaron cerca de 355.000 cañones nuevos, para sustituir todos aquellos que presentasen la más mínima tara.

Se almacenaron de una forma realmente ingeniosa, forma que se repetiría en otras armas, y durante muchos años. Se seleccionaron barriles de buena calidad, y un soporte para dichas armas, que en el caso del Garand tenía capacidad para diez rifles. En el centro, había un contenedor para piezas, clips, manuales, etc. Los M1 fueron limpiados, y aceitados con una pequeña y fina capa, montados en los soportes, e introducidos en el barril. Los barriles tenían atmósfera controlada, garantizando una mejor conservación, y consiguieron que tuviesen una flotabilidad positiva. Para abrirlos había diseñados ciertos “abrelatas” algunos manuales y otros mecánicos que se almacenaban junto con los barriles, pero aún así, y por si acaso, se podían abrir con un simple martillo y un escoplo. La idea era que si era preciso, nada más abrir los barriles, se pudiesen usar sin tener que someterlos a limpieza ni acondicionamiento de ningún tipo. Muchos de los Garand en manos ahora de coleccionistas civiles han salido de esos barriles; y sí, es cierto se podían disparar nada más salir de sus contenedores.


Tres fotos que muestran el ingenioso sistema de almacenaje. No sólo se almacenaron así Garands, sino también Thompsons, carabinas M1, BAR...

El fin de la Segunda Guerra Mundial no significó el fin de la carrera militar del M1 Garand…todo lo contrario, fue el comienzo. En 1950, los EEUU se vieron abocados a intervenir en la guerra de Corea tras la invasión del Sur por el belicoso norte comunista. El US Army estaba casi desmantelado, y era una sombra de lo que fue en 1945. Fue preciso volver a partir desde casi cero para crear nuevamente un ejército potente, y en su ayuda vino la disponibilidad y gran dureza y fiabilidad del Garand

Si en la guerra anterior se portó de maravilla, Corea no fue una excepción. Los veteranos recuerdan con cariño dicho rifle, y su excelente fiabilidad y precisión, aún bajo las peores condiciones climatológicas. Pese al brutal frío, los Marines que combatieron en la reserva de Chosin recuerdan que seguía funcionando, y sólo había que preocuparse de limpiarlo un poco para que no se acumulase ni hielo y ni barro congelado en el cerrojo, y de darle un golpe (como ya se ha dicho) a la palanca de armado al final de su recorrido para asegurarse que estaba correctamente colocado.

Reserva de Chosin. Otro campo de batalla que demostró la dureza y utilidad del rifle M1.

A pesar de las labores de conservación antes mencionadas, el advenimiento de la guerra fría significó la necesidad de rearmar a un buen número de aliados, aparte de las fuerzas armadas norteamericanas; por lo que se decidió volver a fabricar el M1 Garand en 1951. Se encargó a Springfield, a Harrington & Richardson y a Internacional Harvester la fabricación de los nuevos Garand. Y aquí surge otro de los mitos del Rifle M1. Las dos primeras tenían experiencia en la fabricación de armas ligeras, pero Internacional Harvester no. De hecho su contrato era una subcontrata del de Springfield, según malas lenguas por mediación de ciertos políticos locales.

No es de extrañar que tuviese problemas con las primeras series, y de hecho, al principio, tuvieron que limitarse a ensamblar las partes proporcionadas por las dos anteriores. Al final, fabricarían unos 337.623 rifles, desde 1952 hasta 1956, pero debido a los antes mencionados, siempre tuvieron una mala reputación, lo que ha conseguido que su precio de venta sea siempre inferior a los de otros fabricantes. Es curioso, pues los rifles pasaban por la inspección del US Army Ordenance, que no aceptaba los defectuosos. Y de hecho, no son malos, sino que son más precisos que otros por una curiosa razón: Internacional Harvester no fabricaba sus cañones. Se los encargó a la Line Material Company de Birmingham, Alabama (están marcados con LMR en un lateral), que los fabricaba con una calidad muy superior al resto de competidores.


También hubo que volver a fabricar más lanzadores de granadas M7, para la bocacha del arma. El citado lanzador, para ser usado, precisaba cartuchos especiales, y usar una llave para abrir más el cilindro de gases. Pero al hacer ésto, el rifle sólo funcionaba en repetición manual con munición normal, lo que motivaba que muchos G.I. simplemente “perdiesen” el lanzagranadas tras unos pocos usos. No sería hasta julio de 1945, con la aparición de la versión M7A1, cuando este problema sería resuelto, pudiendo disparar granadas con la munición de combate habitual. En la postguerra, se fabricarían las versiones mejoradas M7A2 y M7A3.


La guerra de Corea, además, vio un mayor uso de las versiones de francotirador. Realmente, no era un rifle de francotirador como tal, las versiones C y D, sino modificaciones someras sobre rifles estándares que habían demostrado en las pruebas que tenían más precisión que otros. Durante la Segunda Guerra mundial se habían producido unos 7.971 rifles M1C. En Septiembre de 1944, salió el modelo M1D, del cual sólo unos pocos ejemplares se fabricaron durante la guerra, pero que verían luego mayor uso y mayor número fabricados en la inmediata postguerra y en Corea. De Hecho, muchos M1C serían convertidos al modelo M1D mediante un kit diseñado al efecto.

Garand M1D.


Los norteamericanos fueron de los primeros defensores del uso del tirador selecto para abatir blancos de gran valor como oficiales o especialistas de tropa. No hay más que recordar las bajas de oficiales británicos que causaron los rifles Kentucky y Pennsylvania durante la Guerra de Independencia. Sin embargo, siempre, al final del conflicto olvidaban todo lo aprendido, y en el siguiente debían empezar desde cero…y es curioso, pues en aquellos años sí que contaban con una excelente versión de precisión del Garand.

A John C. Garand le preguntaron cómo mejorar la precisión de su arma. La respuesta fue sencilla: modificarlo para que el cañón tocase solamente con el cilindro de gases, y con nada más, ni siquiera con la madera del guardamanos; es decir, lo que todos sabéis que se hace hoy en día con los buenos rifles de precisión, con el concepto del cañón flotante. Además, un buen número de armeros aprendieron a modificar el gatillo y dejarlo en presiones menores de 4 libras en el segundo tiempo. Otros armeros, además, constataron que los que tenían más ajustada la palanca de armado al cajón de mecanismos, tendían a tener mayor precisión.

Surgió así el Garand más caro de todos: el National Match Rifle, cuya fabricación, comenzó en marzo de 1953 con unas 800 unidades, en Springfield Armory. Las piezas que usaban eran especiales, realizadas con unos estándares más estrictos y con mucho mayor mimo, siendo marcadas con las letras NM para distinguirlas de las normales. Estos rifles no fueron al ejército, sino que fueron usados de forma deportiva, en las populares competiciones de tiro de precisión con rifle que surgieron tras la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Corea. En total se fabricarían unos 40.000 National Match Garands, pero si pegas un pelotazo de la lotería y tienes dinero para hacerte con uno, hay que tener cuidado, pues dentro de este gran número se incluyen muchas modificaciones (más o menos amplias) posteriores realizadas con piezas con los marcajes NM.



La llegada de la normalización de los calibres de los países miembros de la OTAN al 7,62x51 mm, significó también un renovado interés del US Army, US Navy y USMC por un nuevo rifle, que aprovechase todas las bondades del M1, pero que eliminase sus defectos. Así nació, sobre la base bien probada del Garand, el rifle M14. Pero quedaban muchos Garand en servicio, y además otros muchos millares se habían suministrado a aliados, por lo que una versión en el nuevo calibre era el paso más lógico.

En un primer momento, solamente cambió el grupo del cerrojo, adaptado a las presiones y dimensiones del nuevo cartucho, siendo así denominado como “US Rifle, Navy (la marina fue la principal impulsora del proyecto), Mk2, Model 0”. Sin embargo, y de forma sorprendente, y a pesar que teóricamente no debía dar problemas, mantener el cañón original del .30-06 se traducía una pérdida importante de fiabilidad, por lo que se tuvo que fabricar cañones específicos del nuevo calibre, siendo éstos conocidos (tanto los de nueva fabricación como los modificados por el siempre presente kit específico) como “US Rifle, Navy (la marina fue la principal impulsora del proyecto), Mk2, Model 1”.

Ejemplo del marcaje del cañón de un US Rifle, Bavy, Mk2, Mod 1.

El Garand también sería fabricado en Italia, bajo licencia, por Beretta, tanto en sus versiones de .30-06 como en la de 7,62x51. Y al igual que en los EEUU, sería el germen de un nuevo rifle, el BM59. Tanto compartirían su diseño, que los argentinos que habían recibido unos 30.000 rifles M1, lograron adaptarlos para usar los cargadores de petaca de éste último, en vez del consabido clip.

Rifle Beretta BM-59, versión de culata fija.


Y aquí hay una curiosidad. En la inmensa mayoría de los textos hablan de los M1 de Beretta como algunos de los más precisos y mejor fabricados Garand. Sin embargo, (algo que ha sorprendido cuando lo he comentado en algún foro de los USA o Canadiense), en España, el aficionado tiende a no quererlos por considerarlos como malos y poco fiables. ¿La razón? Muy posiblemente que los que llegaron a nuestro país, procedieran de restos del ejército italiano, y que hubiesen sido usados durante mucho tiempo en instrucción de reclutas, con el consiguiente pésimo cuidado, y alto número de “barrigazos” recibidos.

Garand original arriba, abajo el modificado por los argentinos (tomado del foro de la página web razonyfuerza.com) .

El final de la guerra de Corea y el advenimiento del M14 primero, y luego después, del M16, no significó el final del uso bélico del Garand. Los norteamericanos lo usarían ampliamente en Vietnam, en especial la versión M1D; así como sus aliados vietnamitas y mercenarios laosianos. De hecho, las últimas piezas las fabricaría Springfield en 1967. También fue suministrado ampliamente a países de la OTAN y otros aliados de la esfera occidental, pero veamos algún uso curioso…

US Marine usando su Garand M1C en la República Dominicana, 1965.

El M1 fue suministrado a la National Police Reserve del Japón, en 1950, lo que constituiría luego uno de los gérmenes del renacimiento de las JDSF. De hecho, si os fijáis, todavía en muchas ceremonias militares, el rifle usado al efecto es el M1 Garand, lo cual no deja de ser irónico.

Soldados de la JDSF en parada ceremonial.

No podía faltar...foto del impresionante Silent Drill del USMC.

El Garand sirvió bien a las fuerzas que representaban los valores de la democracia y el respeto a los derechos humanos durante mucho tiempo, pero también cayeron en malos “maléficas” de dictadores y terroristas. Quienes quizás se llevan la palma fueron los temibles milicianos haitianos “Tonton Macoute”, las milicias de la familia Duvalier (tanto de Papá Doc Duvalier como de Baby Doc Duvalier), que fueron profusamente equipados con el mismo.


Dos fotos de los temibles Tonton Macoute haitianos. En Creolé, el término es equivalente a nuestro "hombre del saco"...

Cierto número de rifles M1 pasaron de los EEUU a Irlanda del Norte en los años 70 y 80, y acabaron en manos del IRA. Gran número de testimonios de soldados británicos aseveran haberse enfrentado al temible y preciso fuego de Garands en manos de terroristas irlandeses, incluso durante los años 90.

Y ya que estamos en las islas, otra curiosidad. Antes de un año los M1 en poder de la Home Guard británica, durante la Segunda Guerra Mundial, pasaron a almacén; al ser dotados de subfusiles Sten, más baratos y adecuados a las nuevas tareas a realizar una vez desestimada una invasión germana a las islas. Y el destino posterior de 10.000 de ellos fue bien exótico…acabaron cayendo en manos de una empresa oscura (la International Armament Corporation o Interarmco) controlada por el aventuro y traficante Sam Cummings. Un personaje curioso, que logró amasar una buena fortuna con el comercio de armas sobrantes de diversos conflictos. Contratado como especialista en armas por la CIA, aprovechó sus contactos para traer un montón de armas alemanas de la Segunda Guerra Mundial primero, y luego del bloque del este después, a los USA, y muy en especial a los armeros de las producciones de Hollywood.

Revolucionarios cubanos con el Garand.

Esos diez mil Garands se los logró vender al dictador cubano Fulgencio Batista a finales de los 50, cayendo como es de esperar, un buen número, en manos de los revolucionarios. También le vendió un buen número de rifles AR-10, pero éstos fueron capturados en puerto por los castristas antes de ser pagados. Ni corto ni perezoso, escribió a Castro pidiendo el pago o su devolución, a los que Castro le respondió invitándole a Cuba a que hiciese una demostración. Con gran valor se plantó en La Habana, siendo recibido por el notorio comandante revolucionario, el cual impresionado por la demostración y ligereza del arma, aceptó pagárselos. Peor lo tuvo con el dictador Dominicano Rafael Trujillo, el cual estuvo a punto de matarlo, en una reunión, con uno de sus propios AR-10 que había sido capturado a un opositor. Al final, su negocio sufriría un gran revés con el acta de control de armas de 1968, pero sobrevivió mediante la importación de armas exóticas al mercado civil. Como anécdota, decir que un número importante de pistolas Star o Astra españolas llegaron allí gracias a su empresa.

Sam Cummings.

Fidel Castro... y detrás un M1 Garand compartiendo plano con un Johnson.  


Otro uso importante del M1 tuvo lugar en la revolución Sandinista de 1979. El Garand equipaba a la Guardia Nacional del dictador Anastasio Somoza, y fue capturado en gran número por los revolucionarios. Impresionó en gran medida a éstos, que lo levaron al Olimpo de los fusiles junto con el AK y el FAL, y le llegaron a dedicar una simpática canción revolucionaria que trataba de su despiece y limpieza.


Guardia Nacional Nicaragüense.
Guerrilleros Sandinistas...con el Garand.

Rifle AR-10 del 7,62x51 NATO.

Hace años que no veo al M1 Garand en ningún conflicto, pero dada su difusión no es de extrañar que volvamos a verlo. Springfield Armory de Illinois, de forma intermitente fabrica un bello ejemplar conmemorativo (y bien caro) de la batalla de Iwo Jima, acompañado de caja funda, y un K-Bar (en el mercado americano, claro, aquí te lo venden pelado, y gracias). El último uso bélico en manos norteamericanas del Garand fue durante la guerra del Golfo de 1991, tanto en los ejemplares de la US Navy todavía en los armeros de los barcos, como en manos de la USAF. Un cierto número de M1D de francotirador, reconvertidos al 7,62 NATO fue hallado en un almacén de la base Rammstein, en Alemania, y enviado a Arabia Saudí, para ser usados tanto en funciones de guarda, como para “desactivación” de pequeños artefactos explosivos. Me hubiera gustado ver la cara de sorpresa de más de un soldado al ver que le asignaban para el servicio un rifle “como el del abuelo”. Los últimos ejemplares del Garand serían retirados de algunos barcos de la US Navy en fecha tan tardía como en 1995…



El Garand entre los tiradores civiles seguirá teniendo muchos, muchos años de uso. Es uno de los mejores, de los más grandes, y muy pocas armas serán capaces de transmitirte unas sensaciones al cogerlo o al tirar con él como este gran rifle.

El M1 Garand del autor...Off course, fabricado por Springfield.

Si ya lo cantaban con gran acierto los sandinistas: “ENTRE TODOS LOS FUSILES ESTE GARAND ES LA LEY!…”


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