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lunes, 30 de julio de 2012

EL LIBRO QUE MANTUVO UNA FALACIA



Uno de los autores de temática militar más prolíficos de la historia reciente ha sido Martin Caidin (1927 – 1997). Autor de un gran número de best sellers desde el impresionante Samurai! Basado en las memorias del as japonés Saburo Sakai, pasando por Black Thursday, hasta llegar al más curioso de todos: Everything but the Flak, la historia de un rocambolesco viaje - homenaje de un grupo de B-17, en 1961, de los EEUU a Inglaterra (vía Canadá y Portugal). O incluso citar que el manual de pilotaje del Messerschmidt Bf 108 aprobado por la FAA (Federal Aviation Administration) es obra suya.

Pero vamos a centrarnos en uno de sus mayores superventas: el relato de la batalla de Kursk The tigers are burning! de 1975, un relato novelado de la historia de la batalla de Kursk, y en especial del encuentro del 5º ejército soviético de tanques con el 2º SS Panzer Corps, el 12 de julio de 1943.



La imagen que tenemos de la batalla es la de dos grandes masas de tanques convergiendo a gran velocidad una hacia la otra, con cerca de 850 soviéticos, y unos 450 alemanes. Embestidas, disparos a quemarropa, las torretas de los Tiger por los aires. Espectacular, pero no fue así.

Últimas horas del 12 de julio de 1943. Sector de Prokhorovka. Una gran número de columnas de humo se lazan del campo de batalla tras un día de gran batalla, en el que Pavel Rotmistrov, al mando del 5º ejército de tanques soviético ha embestido al 2º SS Panzer Corps, compuesto de las divisiones de panzergranaderos SS 1ª, 2ª y 3ª. Pero la inmensa mayoría de esas columnas, son de sus blindados. Muy escasas son alemanas…

No ha lanzado tantos blindados como se comentará después, aunque está cerca de esa cifra, (el complemento nominal del 5º ejército era de 850), pues ha tenido que ceder blindados unos días antes, y las pérdidas por averías también cuentan. Casi 500 eran T-34, pero también ha hecho cargar unos 261 carros ligeros T-70, con un escaso cañón de 45 mm y dos tripulantes (aparte de 31 Churchills de préstamo y arriendo, 21 KV-1, 10 SU-76, y sólo una decena de Su-122 y otra de SU-152, cuya participación es muy oscura).



Y lo ha hecho todo al revés. Ha cargado al completo, sin más plan contra los grupos de combate de las tres divisiones germanas cuyos efectivos blindados se distribuyen así: Leibstandarte (70 Pz III y IV, 4 Tigers), Das Reich (103 Panzer III y IV, 1 Tigers), Totenkopf (121 Panzer III y IV, 10 Tigers). Añadid unos 40 StuG III. Y ha cargado contra las tres, en vez de elegir a una que recibiese todo el peso. Y aunque ha habido sectores en que la carga ha sorprendido, pronto los defensores se han rehecho y combatido con letal eficacia.

Más de 600 carros soviéticos destruidos o puestos fuera de combate. Los alemanes, 43, reparables muchos, y un solo Tiger (luego reparado) fuera de combate. Es una derrota soviética sin paliativos.

Rotmistrov recibe un sombrío mensaje de Stalin: “general ¿Qué le ha hecho a su maravilloso ejército?”. Y eso, en la Unión Soviética de 1943, significa que vas a pagar con tu libertad o tu vida ese fracaso. Tiembla.



Por parte alemana, los informes de daños causados al enemigo son tan increíbles, que el obergruppenfuhrer Paul Hausser, al mando del II SS Panzer Corps, se desplaza al sector de la Leibstandarte para comprobarlo el mismo. Cuenta casi 100 tanques soviéticos todavía humeantes. Pero advierte otra cosa: no hay entusiasmo entre sus hombres. Están desechos, agotados, no pueden más. Y siguen llegando informes de nuevas formaciones soviéticas a la batalla. El sector norte de Zitadelle, está atascado en Poniry, ellos agotados. Y hay amenazas de ofensivas soviéticas contra Belgorod, el Donbass y Orel…

El día 13 en Ressenburg, pese a los ruegos de Von Mastein, y apoyado por Von Kluge, Hitler, además preocupado por los claros efectos políticos que sobre la Italia fascista va a tener el desembarco en Sicilia, decide anular Zitadelle. Es el fin de la última gran ofensiva alemana en el frente del este.

Si bien el día 13 de julio parecía que la ofensiva alemana podía continuar con fuerza, para el 14 quedaba patente que estaba ya irremediablemente atascada. En la STAVKA sucedió una de esas situaciones que no te ponen los libros de historia, pero cualquiera de nosotros, ya perros viejos en el arte de la vida, comprendemos al instante: ¿qué hacer con Rotmistrov?

Estaba claro que su pésimo manejo había destrozado el 5º ejército de tanques, con unas bajas enormes entre sus filas, y una gran pérdida de material. Significaba, además, que el ataque contra Belgorod, tenía que retrasarse hasta principios de agosto. Estaba claro, que como mínimo, Pavel debía perder el mando. Pero el peligro no estaba conjurado, y la moral, tras las altas pérdidas en todos los sectores afectados por Zitadelle, comenzaba a mostrar claras fisuras. 

Así que la decisión era bien simple: convertir Prokhorovka en una gran victoria. Un sorprendido Rotmistrov fue condecorado y tratado como un gran héroe por la eficaz propaganda soviética. Y los supervivientes de su desastrosa carga del día 12 de julio, también condecorados y recompensados, muchos de ellos, con ascensos. Incluso la historia oficial sería escrita calcando casi al milímetro las memorias del citado general.

No sería la única que liaría…en el ataque de inicio en el 3 – 4 de agosto contra Belgorod, volvería a encontrarse con la Das Reich, reforzada tras la llegada de refuerzos para el Regimiento Panzer Das Reich, con 96 panthers nuevecitos (añadirle el complemento de 32 Tigers y de unos 40 cañones de asalto). Las bajas volvieron a ser enormes (420 blindados en cinco días de combates, unos 182 en un solo asalto)…habría aún más: en febrero de 1944, durante el cerco y aniquilación de la bolsa de Korsun, donde fue muy criticado tanto por sus bajas como por no haber logrado cerrar totalmente el cerco; y luego alrededor de Minsk, en julio de 1944, durante la fase álgida de la operación Bagration. Allí, aunque fue importantísima la labor del 5º ejército de tanques de la guardia, sus bajas volvieron a ser estremecedoras, y más en un momento en el cual los comandantes estaban más que avisados que los aparentemente inagotables recursos humanos soviéticos, no eran tan inagotables como parecían. Fue suficiente: fue destituido a principios de agosto de 1944,  y, al ser un reconocido héroe de la propaganda soviética, recibió la clásica “patada hacia arriba”, con un  buen puesto en Moscú, como jefe de las fuerzas acorazadas soviéticas.

Caidin, a mi juicio, hizo un libro honesto. Viajó en numerosas ocasiones a la URSS, consultó y revisó muchos archivos oficiales soviéticos, y entrevistó a muchos supervivientes de la batalla de Kursk. Sin embargo, le ofrecían la visión oficial, que ya hemos visto que estaba convenientemente adaptada a los deseos de la propaganda. Llega el libro incluso a describir detalladamente combates de carros entre T-34 y Panthers en el sector de Prokhorovka, algo imposible, pues ese modelo de Panzer, sólo estaba, en aquellos momentos, en dotación con la Grossdeutchsland.  Los archivos alemanes estaban disponibles, así como los relatos de supervivientes. Pero el problema es que se trataba de alemanes, y más aún miembros de las Waffen SS. Y más aún, de ciertas divisiones, que en algún momento, en el frente occidental habían causado alguna matanza como la de Malmedy o la de Oradour Sur Glane. Y sin hablar del frente del este…así que digamos, que podría no ser muy popular alterar la visión oficial soviética.

El relato era magistral, pero erróneo. Y es curioso como textos de autores de gran renombre como Steven J. Zaloga (en su libro sobre Kursk de la serie campaign de Osprey) o el de Geoffrey Jukes, han calcado el relato de Rotmistrov sobre la batalla del 12 de julio de 1943. Incluso el magnífico libro de François Lannoy: Kursk, la mayor batalla de carros de la historia, con el sello, nada más y nada menos, de la Revista española de historia militar (posiblemente de lo mejor que se escribe sobre estos temas en España), después de un magnífico desglose de efectivos, cuando llega la relato de la batalla vuelve a caer en el error de la historia oficial, lo que se contradice claramente con lo que expone en capítulos anteriores.


 
Numerosos libros actuales exponen la realidad de lo ocurrido, sin caer en la narración determinada por la propaganda soviética, embellecida por la prosa de Martin Caidin. Un buen ejemplo es el excelente libro de Javier Ormeño Chicano, La batalla de Kursk, los medios acorazados alemanes, editado por Almena (otros de los grandes de la publicación de historia militar en España). También recomendaría dos preciosos y magníficos libros de la serie de Visual Battle Guide, ambos escritos por David porter: Das Reich at Kursk y el Fifth Guards Tank Army at Kursk. Tengo la esperanza de verlos traducidos y editados por Libsa, como ha hecho con libros similares.









Creo fervientemente que no hay mejor homenaje a los participantes en hechos históricos que mostrar lo que realmente ocurrió. Puede que la batalla de Prokhorovka fuera un desastre táctico soviético, pero no les dio a los alemanes la victoria. Todo lo contrario: les convenció de que no podían lograrla. Y todo ello, gracias al valor, arrojo y sacrificio de un buen puñado de tanquistas rusos olvidados.

TESORO


Efectivamente, un gran tesoro que tenía y nuevamente ha sido hallado. Mis viejos libros de la editorial San Martín.

Fueron mis primeros libros de historia militar, y donde enterré numerosas propinas de chaval y dinero que te daban por los cumpleaños. Y fuente de múltiples riñas por mis padres en casa, por gastar mi dinero en bobadas como estos libros, y la premonición de que iba a “acabar como Don Quijote”. Nada que os resulte extraño a ninguno, vamos…

Y he aquí, que olvidados y perdidos en mi vida, fue mi madre, quien con primor, los recogió con cuidado en una caja de cartón que embaló y colocó en un trastero. Caja, ahora, felizmente recuperada.

Abrirla, fue volver a vivir un gran número de sentimientos, felices la inmensa mayoría, tristes alguno. El peor de ellos, la última vez que fui a la librería San Martín, en la puerta del Sol…y me la encontré en ruinas, con obreros tirando tabiques, y sacando montones de sus libros: San Martín, Ospreys, Concord…y tirándolos a un contenedor cercano. Pregunté si podía coger alguno, y la respuesta fue: “pilla los que quieras, chaval”. De una carrera fui a la calle Mayor, donde me hice con una buena mochila, que llené seguidamente de todos los libros que pude cargar en ella. Fue un botín muy triste…me sentí como un soldado vándalo de Genserico, en el último día del saqueo de Roma en el 455, rebuscando en la última casa, y hallando un buen tesoro, pero con la agridulce sensación de que era el último, que significaba la caída de algo importante, y que los días de gloria y grandeza no se repetirían más…

Y ahí estaban todos: el de Stalingrado, el del Día –D, T-34 Blindado ruso, División Panzer, la guerra de invierno, los tigres voladores, cero un caza famoso…todos ellos. Es increíble como unos pequeños libros pueden hacer que vuelvas a recuperar tantos recuerdos…


El primero de todos...

sábado, 28 de julio de 2012

KING TIGER AMERICAN STYLE



Si ha habido un carro de combate al que le pudiéramos poner el mote del “deseado”, uno de los candidatos, sin duda, hubiese sido el M-26 Pershing. No una, sino dos veces: al final de la segunda guerra mundial, poco y tarde, pero útil contra los todavía temibles Panther y Tigers germanos. En número adecuado y en su momento, en Corea, en 1951, contra la gran amenaza que suponían los T-34/85 norcoreanos.

El primer despliegue de combate, vino de la mano del destacamento Zebra, en Alemania, en 1945, dentro de la 3rd y 9nd Armored Divisions. Pese a su escaso número, tuvo combates memorables; uno de ellos, registrado en la cámara de un reportero del Signal Corps, recoge el enfrentamiento de varios Shermans, y luego un Pershing (llamados por entonces T-26E3, y comandado por el sargento Bob Early, de la Co E, 32nd Armored Rgt, 3rd Armored Division), cerca de la plaza de la catedral de Colonia. Imágenes, que todavía, y pasados casi 70 años, sobrecogen al verlas.



 Pese a la indudable mejora que supusieron los T-26E3, la experiencia operativa demostró que su cañón M3 de 90 mm, pese a sus buenas prestaciones, todavía no llegaba a ser tan bueno como el 88 mm L/56 que montaba el Tiger I. Carro que se encontraba en proceso de sustitución por el Tigre II (o King Tiger según los americanos), con su mejorado cañón de 88 mm KwK43 de 71 calibres.

Así, a mitad de marzo de 1945, en un hecho único, el US Army desplegó con el 33 regimiento de la 3ª acorazada un Pershing armado con el potente cañón T5E1 de 90 mm. Sus prestaciones, todavía sin llegar a alcanzar las del excelente cañón alemán de 88 mm y 71 calibres, eran un sueño para los tanquistas americanos. Su proyectil estándar APC mod T43, perforaba a una buena distancia (1000 yardas a 30º) unos 132 mm de blindaje; cifra que subía hasta los 244 mm con el HVAP T-44 con núcleo de carísimo tungsteno.

   Sin embargo el cañón pesaba casi una tonelada más que el M3, era considerablemente más largo, y lo que menos gustaba: precisaba de dos cargas separadas, proyectil y propelente, para su disparo. Su instalación en la torreta del T26 requirió que se tuviese que colocar un contrapeso en su parte trasera, así como dos cilindros hidráulicos de recuperación del retroceso en la parte superior derecha de la misma; no con esa función, pues no estaban conectados al cañón, sino como contrapeso del mismo. Además, los emprendedores mecánicos de primera línea, sabiendo que los alemanes concentraban su fuego en aquellos blindados que portaban cañones inusualmente largos, reforzaron su blindaje con añadidos.

Así, soldaron cadenas en el lateral de la torreta, y el frontal y mantelete, quedaron cubiertos por tres planchas de blindaje (una central y dos laterales, de 80 mm cada una), espaciadas, tomadas “prestadas” de varios Panther destruidos. El frontal del chasis, en lo que bien podría ser uno de los primeros ejemplos de blindaje “multicapa” fue reforzado por dos planchas superpuestas (de 40 mm cada una), en forma de V, provenientes de las paredes de gruesas calderas industriales (otros textos hablan que eran también de Panthers inutlizados). El peso, así aumentó en unas 8 toneladas más.





El único problema que dio fue su escasa movilidad. No es de extrañar: el Pershing montaba el mismo motor que el M4A3E8, el Ford GAF de gasolina y 8 cilindros, pesando 10 toneladas más. El que fue bautizado como Super Pershing, tenía, entre contrapesos y blindaje extra, otras 10 toneledas extras a un T-26E3 normal. Sin embargo, gustó y mucho, tener un cañón muy parecido al del Tiger II, lo que hizo pensar a más de un optimista, que tenían algo parecido.

Sólo hay registro de su participación en un combate, el 4 de abril de 1945, cerca del canal del río Weser, cuando a una increíble distancia de 1500 yardas, de un solo disparo HVAP T44 logró destruir un Tiger (no se dice modelo), aunque otras fuentes matizan en que fue un Panther. Pese a la discrepancia, era un hecho con el que ni siquiera soñaban los sufridos tripulantes de Sherman.

No hubo continuidad en el modelo, principalmente por el cañón. Paralelamente se estaba desarrollando un cañón de prestaciones casi idénticas, el T54 de 90 mm, más ligero, más corto, y con proyectil y propelente en carga única.

Pero lo más divertido fue el final: es de esperar que un prototipo, con un cañón tan especial, fuese devuelto a los polígonos de prueba del Estados Unidos…pues no. Fue depositado en un solar, apenas vigilado, que servía de improvisado almacen a los vehículos desechados de la 3ª acorazada, en Kassel, justo al lado de la antigua fábrica de Tigres de Henschel, donde irónicamente compartió lugar con chasis y torretas de sus antiguos enemigos, si terminar. Y allí permaneció varios años, expuesto a la curiosidad de cualquiera, hasta que fue desguazado.

fuente: www.the-blueprints.com


jueves, 26 de julio de 2012

¡MALDITOS ROEDORES!



Es sin duda una de las anécdotas más repetidas de la Segunda Guerra Mundial, y os confieso que una de las primeras que leía, ya años ha, siendo chaval.

Para los que no la conozcáis, se desarrolla al inicio de la Operación Urano, en noviembre de 1942, cuando los rusos lanzaron una gran contraofensiva contra el expuesto flanco izquierdo del Sexto Ejército, empecinado en la captura de Stalingrado. Rumanos y húngaros, mal equipados y abastecidos, en un terreno muy poco favorable a la defensa, recibieron la embestida de pleno de las fuerzas soviéticas del frente del Don (Rokossovsky) y del frente del Sudoeste (Vatutin).

Fuente: www.stalingrad.net


Como reserva estratégica, y fuerza de maniobra, tenían al “temible” XLVIII Cuerpo Panzer, formado por la 1ª división acorazada Rumana y la 22ª División Panzer. La anécdota cuenta que se habían almacenado los carros de ambos, y usado a sus tripulantes como infantería en segunda línea (infantería, algo de lo que siempre está necesitado cualquier ejército). Para que no sufrieran por el frío, habían sido almacenados en chozas y recubiertos de paja, que a su vez habían atraído a los voraces ratones de campo. Y faltos de comida se habían entretenido devorando el aislante de los cables. Al poner en marcha a los Panzer, las averías habían surgido por doquier, inutilizando una parte importante de los mismos.

Ratones…”temible” Cuerpo Panzer… la anécdota es buena, pero hay que matizarla y mucho.

Asusta ver el estado de la Panzerwaffe hacia mediados – finales de 1942 (me imagino que Guderian se echaría las manos a la cabeza al ver el estado de la misma cuando fue nombrado inspector general). Una muestra: el 11º Regimiento Panzer de la 6ª Panzerdivision, al ser trasladado desde Francia a Rusia, en el verano de 1942, sólo contaba con 20 Somua S-35 y otros veinte Hotchkiss H39, ambos de origen Francés, y capturados en 1940. y no sería hasta varios meses después que los pudo cambiar por Panzer III y IV.

 El 204 Regimiento Panzer de la 22 Panzerdivision, contaba, en el verano de 1942 con los siguientes efectivos blindados: 28 Panzer II, 12 Panzer III Kurz (es decir, cañón corto L/42 de 50 mm), 11 Panzer IV con el cañón corto de 75 mm, sólo 11 Panzer IV Lang, con el cañón largo de 75 mm…y 110 obsoletos carros Pz38T de origen checo y cañón de 37 mm.



El estado del material, era malo, y en especial el de los blindados checos. La inmensa mayoría de los vehículos precisaban reparaciones o importantes revisiones. Y como estaban en un sector considerado tranquilo del frente (la inteligencia militar había establecido que la contraofensiva soviética de invierno sería en el sector Central), habían sufrido de un aporte insuficiente de repuestos.

Y eso que los alemanes eran los “ricos” del lugar…los rumanos lo llevaban mucho peor. La dotación de la 1ª división acorazada “Gran Rumanía”, en el papel era de 102 carros modelo R-2. Es decir, viejos tanques chechos Lt vz.35 (conocido por los alemanes como Panzer 35t). Y éstos tenían un gran defecto de diseño en el temible invierno ruso. Pensados para un uso preferente en las carreteras y campos de Europa Central, su transmisión era neumática con uso de cilindros de gas comprimido. Aseguraban así rapidez, durabilidad y menor consumo.  Pero el intenso frío ruso la averiaba con facilidad. Los alemanes habían cambiado la mayor parte de los suyos por transmisiones mecánicas más tradicionales, y aún así, habían perdido la casi totalidad de los suyos en el invierno de 1941. Los rumanos, seguían con la original.



La inmensa mayoría de las fuentes hablan de no más de 60 – 70 carros de este modelo en noviembre de 1942. Y le añadimos unos 11 Panzer IIIN con cañón corto de 75 mm, y otros 10 – 11 Panzer IV Lang, que al parecer les habrían suministrado los alemanes en octubre de 1942. Si los germanos tenían problemas con el mantenimiento de sus blindados, desde luego que los rumanos estaban peor.

  Si a esto le añadimos que ambas formaciones jamás habían entrenado juntas, que ni siquiera habían establecido un adecuado protocolo de comunicaciones por radio y que iban a recibir el peso de varios potentes ejércitos soviéticos como era el 1º de la Guardia, 21º, 65º y el 5º Ejército de Tanques…no es de extrañar que el desastre estuviese servido.

Las primeras horas del contraataque estuvieron marcadas por un rosario de vehículos averiados debido al pésimo mantenimiento. Algunos de los anecdotarios recogen que, por este motivo “se perdieron hasta 200 carros”, cifra excesiva sin duda, dando otros cifras más razonables de cerca de 50 – 60.

Además la falta de contacto por radio, provocó que no supieran la una de la otra, y acabaran combatiendo de forma descoordinada contra la avalancha blindada soviética. Ambas fueron aniquiladas. La 1ª acorazada rumana sería reconstruida, pero la 22 Panzerdivision desapareció del orden de batalla, siendo los supervivientes agregados a la 23ª. Y el sexto ejército de Von Paulus quedó cercado en Stalingrado…

Al final, los inocentes ratones de campo, de los cuales no dudo que unos cuantos cables comerían, los que se cargarían con la responsabilidad del desastre, causado por la ceguera e irresponsabilidad  de otros.


TODO VIAJE EMPIEZA CON UN PRIMER PASO


el primer mensaje, la presentación, el inicio.

una hoja en blanco que te reta a que empieces a darle la forma que deseas...

y que expreses lo que pretendes: sencillo, un simple blog de historia militar y curiosidades históricas, sólo para que los que lo leáis encontréis un pequeño esparcimiento en vuestra vida cotidiana.

Cero política, sólo historia; y con la pretensión de hacerla amena. Para más seriedad, podéis encontrar en la web, blogs y foros infinitamente mejores que éste. si sólo queréis leer algo sin más pretensiones que la de entretener, espero que vuestro esfuerzo al teclear la dirección de mi blog, os recompense.

sed bienvenidos.